cronista

Extremadura-Histórica-definitivo

02 “Política y literatura: la visión de los suce­sos históricos contemporáneos en la obra de Carolina Coronado”, por Mónica Burguera

Mónica Burguera

   Mónica Burguera es Doctora por la Universidad de Michigan (Ann Arbor, EEUU) en historia y estudios de género. Ha sido becaria Fulbright e investigadora Juan de la Cierva y Ramón y Cajal. En la actualidad es Profesora Titular en el Departamento de Historia Contemporánea de la UNED (Madrid). Entre sus publicaciones destaca el libro Las damas del liberalismo respetable: los imaginarios sociales del feminismo liberal en España (1834-1850) (Madrid, Cátedra, 2012); y artículos como, “Reading E. P. Thompson today: a view from Spain,” Social History, 39:4 (2014); “Una vida en los extremos. Género y nación en Gertrudis Gómez de Avellaneda. Una perspectiva biográfica”, Ayer 116/2 (2017), pp. 105-132; o “‘¿Cuál será la poetisa más perfecta?’ La reinvención política de Carolina Coronado en la Galería de poetisas españolas contemporáneas (La Discusión, 1857)”, Journal of Spanish Cultural Studies, 19.3 (2018).


“Política y literatura: la visión de los suce­sos históricos contemporáneos en la obra de Carolina Coronado”.

           En 1908, con motivo del aniversario de la Revolución Gloriosa de 1868, Carolina, El País, Diario Republicano, la foto de Carolina Coronado compartía portada con las de la reina María Victoria, esposa de Amadeo de Saboya, y la de la duquesa de la Torre, mujer del General Serrano. Se la recordaba entonces como “revolucionaria”, una de las “mujeres de la revolución.” A lo largo de los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo XIX, Carolina Coronado emergió y se reinventó, como estandarte de la feminidad desde el interior de la cultura política progresista, primero, y de la democracia respetable, después. Los ecos de su celebridad literaria, como los de la gran figura que fue Gertrudis Gómez de Avellaneda, y frente a ellos, se movilizaron en sentidos políticos opuestos. En mi intervención, analizaré cómo ambas entraron a formar parte de la representación que las nuevas elites políticas y sociales posrevolucionarias (liberales y respetables) proyectaron de la nueva nación liberal, capacitada, masculina y pública desde los espacios de la sociabilidad literaria. Su presencia (femenina) formó parte de una puesta en escena (cambiante) que funcionaba como metáfora del orden sexual complementario que debía incorporar a las mujeres al espacio público de la nación y la ciudadanía, pero tan sólo como excepciones (como ese complemento femenino excepcional, pero indispensable, muy visible). Su presencia fue necesaria y central, porque era distintiva del universo liberal, de su modernidad, de su capacidad de “liberar” a las mujeres, pero, al mismo tiempo, fue extraordinariamente problemática, mínima, reticente. Desde esta posición, en los márgenes de la nación española (en construcción) analizaré cómo Coronado (frente a Avellaneda) representó un alternativo proyecto nacional. Se trataba de una visión de la nación española de vocación descentralizada y teóricamente inclusiva, que proyectó en sus diversos artículos políticos sobre la unión ibérica o la necesidad de incorporar la diversidad lingüística y regional a una España moderna—en castellano. Esa imagen de la nación se reproducía en su propio proyecto de recuperación de las voces femeninas, como proyecto colectivo (nacional y femenino) que representaba a una España relativamente plural, provinciana, de clase media, liberal y progresista enfrentada al centralismo moderado y antiliberal. Explorar la imaginación nacional de Coronado me permitirá plantear un recorrido por su imaginario político tal y como lo planteó desde su literatura y sus ensayos.