En el terreno investigador, desde sus primeros análisis sobre la estructura agraria y los conflictos campesinos en el occidente de España durante la contemporaneidad (siglos XIX y XX), con una especial atención a las realidades del territorio extremeño, ha centrado sus estudios en el conocimiento de algunos de los procesos económicos y sociales que, sin duda, han ejercido una mayor influencia sobre la situación actual de Extremadura en el contexto de España y Europa.
Fruto de su tarea investigadora ha sido la publicación de algo más de una docena de libros extensos y más de 80 artículos editados en revistas especializadas, mereciendo destacarse entre aquéllos los titulados "Estructura agraria y conflictos campesinos en la provincia de Cáceres durante la II República, 1931-1936" (1978), "Diego Muñoz Torrero. Religiosidad, Ilustración y Liberalismo" (1987), "Entre la frustración y la esperanza. Una historia del movimiento regionalista en Extremadura (1830-1983)" (1988), "Las desamortizaciones eclesiástica y civil en la provincia de Cáceres, 1836-1870 (1990), "Entre la manufactura tradicional y el desierto fabril. El estancamiento del sector industrial en la Extremadura contemporánea, 1840-1930" (1995) o Abacerías, tiendas y ultramarinos. El comercio en la Extremadura del siglo XIX (2005). En el año 2007 salieron a la luz otras dos obras en las que coordinó los trabajos y redactó algunos capítulos, concretamente los estudios titulados "La depuración de funcionarios, maestros y otros colectivos "desafectos" en la provincia de Badajoz durante la Guerra Civil" e "Historia de la Diputación Provincial de Badajoz, 1835-2000", así como las reflexiones acerca de Extremadura recogidas en los volúmenes que a la "España de las Autonomías" ha dedicado la "Historia de España "Menéndez Pidal" de la editorial Espasa-Calpe. Tiene aún sin publicar un estudio sobre la Agrupación Socialista de la provincia de Cáceres en la transición (1975-1984), finalizado hace ya algún tiempo, y en prensa otras investigaciones tanto sobre los efectos de la Guerra de la Independencia en el territorio extremeño como otros asuntos de notable interés para la historia contemporánea de Extremadura.
Premio Nacional de "Jóvenes Investigadores" (1979) y "Premio Diego Muñoz Torrero en Ciencias Sociales" por la Comunidad Autónoma de Extremadura (1992), ha mantenido, diversos contactos, colaboraciones e intercambios con otras universidades o centros de investigación europeos y de otras partes del mundo. Es miembro de varias asociaciones en el ámbito de la historia española (Asociación de Historia Contemporánea, Asociación de Historia Económica, Asociación de Historia Agraria...) y colabora como asesor de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) para la Ciencia y la Cultura en el programa que desarrolla continuamente este organismo en orden a la renovación, tanto en España como en los países latinoamericanos, de los programas y planes de estudio aplicados a la disciplina de la historia en las enseñanzas primaria y secundaria.
La Guerra de la Independencia en Extremadura. Una aproximación a sus efectos demográficos y socioeconómicos
La Guerra de la Independencia (1808-1814) constituye uno de los hitos fundamentales en la historia de España. No en vano, fruto de aquella lucha contra los invasores franceses arraigó en nuestro país la idea de Estado nacional, se reforzó el sentimiento patriótico entre los españoles y, ligado a la crisis de legitimidad monárquica resultante de las abdicaciones de Bayona, se produjo el nacimiento de unas concepciones renovadas en torno a la soberanía que estuvieron, a su vez, en el origen de una auténtica revolución política, los cambios jurídico-políticos e institucionales que impulsaron en nuestro país la crisis del Antiguo Régimen y el desarrollo del sistema liberal-burgués.
La documentación histórica con informaciones sobre el estado de profundo abatimiento en que se hallaban las arcas municipales, la pobreza extraordinaria de muchas comunidades vecinales o los daños muy cuantiosos que había sufrido el sistema económico de la Provincia de Extremadura al final del conflicto resulta muy abundante. No en vano, son muchos los textos conservados en distintos archivos y/o bibliotecas que describen, con más o menos acierto, todas o una buena parte de las realidades demográficas, económicas y sociales objeto de atención en esta ponencia.
Entre las primeras, desde los efectos generados por el alistamiento masivo de jóvenes (y no tan jóvenes) en edad de trabajar, o la huida de las poblaciones residentes en los núcleos próximos a las vías de comunicación más importantes hasta el crecimiento de la mortalidad general y la mortalidad infantil o el estancamiento de los matrimonios y las concepciones a raíz de la permanencia en los campos de batalla de un buen número de efectivos en edad de procrear.
En el ámbito estrictamente económico una serie amplia de efectos repartidos entre los distintos sectores integrantes de la actividad productiva. En la agricultura, desde la destrucción de cosechas, las talas de arbolado, la quema de barbechos o el incendio de vastos yerbazales hasta el logro de unas cosechas limitadas, la siega de mieses a destiempo, el avance de los espacios dedicados a pastizal extensivo en perjuicio de las superficies cultivadas o una caída importante en la demanda de yerbas realizada por los ganaderos mesteños causante, a su vez, de una disminución apreciable en el número y, sobre todo, el valor de los arrendamientos en las dehesas.
En el sector pecuario al suministro, donación obligada o, en su caso, el robo de numerosos caballos y mulas, junto a la extracción de las dehesas y sacrificio posterior de un número elevado de cabezas ovinas, las pérdidas muy cuantiosas sufridas por el ganado de labor o, en fin, la crisis muy fuerte que terminaría atravesando el conjunto de la ganadería extremeña.
En el ámbito del comercio a un profundo debilitamiento de las siempre escasas relaciones cambiarias, mientras se asistía en el terreno de la actividad industrial tanto al cierre de muchos talleres como la reorientación de los trabajos, en aquellos que permanecieron activos, de acuerdo con los exigencias que planteaba el desarrollo de la guerra.
Por fin, en el terreno correspondiente a los recursos monetarios, desde la ejecución de múltiples entregas voluntarias o donativos patrióticos y el pago regular de unas contribuciones muy gravosas para hacer frente a los gastos ocasionados por la contienda, a las remesas abundantes enviadas por los municipios a fondo perdido o los numerosos repartimientos, ordinarios y extraordinarios, a que debieron hacer frente los extremeños, circunstancias todas ellas generadoras de un vaciado íntegro o casi total de las arcas pertenecientes no sólo a los municipios sino a las instituciones, públicas o privadas, y los particulares.