MANUEL ORTIZ ALESÓN.
Almendralejo, 1956. Estudia Magisterio en la Escuela Universitaria “Santa Ana” de Almendralejo: Profesor de E.G.B., Esp. Ciencias Humanas; becado, amplía estudios en la Universidad de Extremadura: Licenciado en Filosofía y Letras, Esp. Arqueología y Prehistoria. Ha desarrollado su labor docente como Profesor de EGB en Mérida, Entrín Bajo, Llera, Retamal de Llerena, Ribera del Fresno y Almendralejo; y como Profesor de Secundaria en el IES “Fernando Robina” de Llerena y el IES “Fuente Roniel” de Fuente del Maestre.
Ha participado en diversas excavaciones arqueológicas bajo la dirección de Mª Cleofé Rivero de la Higuera: necrópolis del Bronce de Villalgordo (Almendralejo) y dolmen del Toriñuelo (Jerez de los Caballerros); Juan Maluquer de Motes: Cancho Roano (Zalamea de la Serena); José Ángel Calero Carretero: muralla y Casa del anfiteatro (Mérida), necrópolis visigótica de El Carballar (Usagre), necrópolis tardorromana de La Mata de San Blas (Oliva de la Frontera), termas romanas de Puerto de la Nava (Cabeza del Buey) y Primera campaña de prospecciones y sondeos arqueológicos en Alange; Eudal Carbonell: yacimiento paleolítico de Vendimia (Malpartida de Cáceres). Ha dirigido junto con Francisco Blasco Rodríguez las excavaciones del poblado calcolítico de La Palacina (Alange), necrópolis del Bronce de Villalgordo (Villafranca de los Barros) y Tholos de Huerta Montero (Almendralejo).
Ha publicado junto con José Ángel Calero et alii “Primera Campaña de Prospecciones y Sondeos arqueológicos en Alange (Julio-Agosto 1984); con José Ángel Calero Carretero “Notas sobre la cerámica funeraria de la necrópolis hispano-visigoda de El Carballar” (Usagre, Badajoz); y junto con Francisco Blasco Rodríguez “Avance de Estudio del ajuar de uso personal de la necrópolis del Carballar (Usagre, Badajoz), “Avance de estudio del sepulcro de corredor de Huerta Montero (Almendralejo, Badajoz), “Trabajos arqueológicos en Huerta Montero. Almendralejo, Badajoz.” y “Los ídolos falange del tholos de Huerta Montero (Almendralejo)”.
Almendralejo II: un fragmento de estela de guerrero
Almendralejo II: a fragment of a warrior stele
RESUMEN: El descubrimiento de un fragmento de una estela de guerrero, a pocos kilómetros de Almendralejo, en las inmediaciones del arroyo Bonhaval, no hace sino corroborar el hallazgo, en el mismo lugar, a finales del siglo XIX, de otra estela de guerrero que fue publicada por el marqués de Monsalud en 1898, hoy desgraciadamente perdida, y que formó parte de su colección que, como todos sabemos, corrió la misma suerte.
Las estelas de guerrero son lajas de piedra de gran tamaño, a modo de cipo, desbastadas, sobre todo en una de sus caras, donde se representa de manera esquemática la panoplia de un guerrero (escudo, lanza, espada, casco, etc; e incluso lo que suponemos un carro de guerra) y en las que, a veces, la efigie del guerrero no aparece. Se adscriben cronológica y culturalmente al Bronce Final, más concretamente al Bronce Final del Suroeste; un momento en el que sobre el substrato indígena confluyen influencias atlánticas, centroeuropeas y mediterráneas, en el tránsito de la Prehistoria a la Protohistoria de la Península Ibérica.
Palabras clave: estela de guerrero, panoplia, Bronce Final, Bonhaval, Monsalud.
SUMMARY: The discovery of a fragment of a warrior stele, a few kilometers from Almendralejo, in the vicinity of the Bonhaval stream, only corroborates the discovery, in the same place, at the end of the 19th century, of another warrior stele that It was published by the Marquis of Monsalud in 1898, unfortunately lost today, and was part of his collection which, as we all know, suffered the same fate.
Warrior steles are large stone slabs, shaped like cipuses, roughed out, especially on one of their faces, where the panoply of a warrior is schematically represented (shield, spear, sword, helmet, etc.; and even what we assume to be a war chariot) and in which, sometimes, the effigy of the warrior does not appear. They are chronologically and culturally ascribed to the Late Bronze Age, more specifically to the Late Bronze Age of the Southwest; a moment in which Atlantic, Central European and Mediterranean influences converge on the indigenous substratum, in the transition from Prehistory to Protohistory of the Iberian Peninsula.