JUAN CARLOS MONTERDE GARCÍA
Natural de Badajoz (1976), es Doctor en Derecho. Antiguo docente de la Universidad de Extremadura y Secretario de la Escuela de Práctica Jurídica de Cáceres, y actualmente profesor de la Universidad de Cádiz (Campus de Jerez). Profesor visitante en las Universidades portuguesas de Lisboa, Coimbra, Nova de Lisboa, Católica de Porto, Minho (Braga) y Lusíada, fue finalista del XVIII Premio LA LEY y V Premio García Goyena. Autor de las monografías Santiago Fernández Negrete. Una vida al servicio del Estado y Génesis de la Ley Hipotecaria de 8 de Febrero de 1861 (Colegio de Registradores de España, 2008), o artículos en las Revistas de Estudios Extremeños y Alcántara. A nivel nacional ha publicado en El Derecho Editores, Boletín de la Facultad de Derecho de la UNED, o las Revistas Murgetana o Foro. A las Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros ha presentado comunicaciones de José de Espronceda, Carolina Coronado, Francisco Fernández Golfín, Juan Manuel González Acevedo, Antonio Elviro, Juan Muñoz Chaves, Domingo Díaz-Ambrona, o los V y VI Marqueses de la Encomienda.
Colaboración institucional y regionalista de Extremadura en el proyecto de Mancomunidad Onubo-extremeña (1931-1936)
Resumen
Desde la Antigüedad ha existido vinculación político-económica entre el sur de la provincia de Badajoz y Andalucía Occidental. En el marco del historicismo romántico, la apertura de la línea ferroviaria Zafra-Valdelamusa-Huelva posibilita a finales del siglo XIX que Extremadura refuerce los lazos con la provincia onubense. La ‘’cuestión regional’’ resurge cuando la Constitución republicana de 1931 permita el régimen autonómico.
De ahí que la Junta Liberalista de Andalucía encargue a la Diputación provincial de Sevilla, presidida por Hermenegildo Casas, que convoque una asamblea para redactar un Estatuto. El proyecto, esbozado por Casas y que invita a Badajoz a integrarse en la autonomía andaluza, cristaliza en la aprobación de un Anteproyecto de Bases en la Asamblea de Córdoba (1933). Sin embargo, a la idea se oponen algunas provincias andaluzas, entre ellas Huelva. Contraria al monopolio sevillano, la provincia onubense y el operario Manuel Pérez emprenden así una campaña de prensa y varios contactos institucionales con Extremadura para formar una Mancomunidad. En nuestra región la iniciativa es apoyada por sectores burgueses (Cámaras de Comercio cacereña y pacense, Asociación de la Prensa de Badajoz), o algunas personalidades, como Juan Muñoz Casillas, o José Díaz-Ambrona. Amparada en su hermanamiento histórico o pasado común colombino, dicha postura obedece fundamentalmente a razones económicas, vinculadas al Puerto olvisino o a la Compañía de Ferrocarriles de Zafra. Pero el estallido de la Guerra Civil española y la represión del movimiento regionalista destierran tales proyectos.
Summary
Since Ancient times there has been a political and economic link between the south of the province of Badajoz and Western Andalusia. Within the framework of romantic historicism, the opening of the Zafra-Valdelamusa-Huelva railway line made it possible for Extremadura to strengthen ties with the province of Huelva at the end of the 19th century. The “regional question” resurfaces when the 1931 Republican Constitution allows for the autonomous regime.
Hence, the Liberalist Junta of Andalusia commissioned the Provincial Council of Seville, chaired by Hermenegildo Casas, to convene an assembly to draft a Statute. The project, outlined by Casas and which invites Badajoz to join the Andalusian autonomy, crystallizes in the approval of a Preliminary Draft of Bases in the Assembly of Córdoba (1933). However, the idea is opposed by some Andalusian provinces, including Huelva. Contrary to the Sevillian monopoly, the province of Huelva and the operator Manuel Pérez thus undertook a press campaign and various institutional contacts with Extremadura to form a Commonwealth. In our region, the initiative is supported by bourgeois sectors (Cáceres and Badajoz Chambers of Commerce, Badajoz Press Association), or some personalities such as Juan Muñoz Casillas, or José Díaz-Ambrona. Protected by its historical twinning or common Colombian past, this position is fundamentally due to economic reasons, especially linked to the Olvisino Port or the Zafra Railway Company. But the outbreak of the Spanish Civil War and the repression of the regionalist movement banished such projects.